Uno de los grandes atractivos de Altea es su encanto artístico-cultural que la caracteriza. A pesar de los cambios urbanísticos que ha sufrido toda la Costa Blanca, Altea ha sabido conservar una atmósfera bohemia por lo que es considerada la capital cultural de la Comunidad Valenciana, fruto de la influencia que los diferentes pueblos han dejado tras su paso a lo largo de los siglos.

Sin duda, la impronta artística de Altea es uno de las razones para considerar a esta localidad de la Costa Blanca como cuna de artistas e intelectuales. A principios del siglo XX numerosos pintores valencianos como Genaro Lahuerta, Joaquin Mompó o Genaro Palau ya plasmaban el peculiar paisaje alteano, que tampoco dejó indiferentes escritores y viajeros desde el siglo XVIII. Desde entonces muchos artistas han elegido Altea como su residencia, dotándola de cierta aura bohemia, sobretodo durante los años setenta, cuando Benjamin Paléncia, Eberhard Schlotter o Toni Miró dejaran su huella en el pueblo decorando interior y exterior de casas y restaurantes, pintando frescos en la calle o realizando los carteles de fiestas locales.

Hoy días se mantiene esta herencia en la gran cantidad de galerías de arte, estudios, exposiciones, fundaciones, museos, tiendas de artesanía, así como el Palau y la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández.

Pasear por los rincones y las estrechas calles del casco antiguo, entre las blancas casas de estilo mediterráneo y junto al contraste del azul del mar, hacen de un paseo por Altea una experiencia inolvidable.

No es solo su paisaje o su entorno tan característico, sino el aire artístico y cultural que se respira en Altea. El visitante puede disfrutar de numerosas exposiciones y muestras de artesanía local que se extienden por todo el casco antiguo, como la «Feria del pequeño formato», donde docenas de artistas exponen sus obras en formato reducido, o «Les balconades», exposición callejera de artistas locales que se celebra en verano donde exponen sus lienzos por los distintos balcones del casco antiguo.

Altea también es conocida por su tradición musical y teatral. Existen dos grupos de teatro amateur en el pueblo y dos sociedades musicales, la Filarmónica, creada en 1889 y la Recreativa, creada en 1935. Hay que añadir el conservatorio profesional de música y la celebración de diferentes actividades durante todo el año, como cursillos, audiciones, conciertos, actuaciones, también al aire libre, certámenes.

La oferta cultura se completa con la programación del Centro Social, el Centro Cultural de Altea la Vella, sin olvidar el Palau de Altea, que cuenta con un excelente programa anual de espectáculos musicales, teatro, danza y ópera.

Altea y su patrimonio cultural y artístico forman un paraíso único yen el que no será difícil perderse y desconectar de la vida ajetreada. Sin duda, si decides comprar una casa para vivir en Altea, disfrutarás del ambiente artístico y bohemio de la capital cultural de la Costa Blanca.