A menudo acuden a nuestra inmobiliaria de Altea tanto compradores como vendedores buscando asesoramiento profesional para la compra o venta de una vivienda. El desconocimiento del sector y el continuo bombardeo de información hace que haya muchos aspectos en la compraventa de una vivienda que no sean lo que parezcan.

Os desvelamos los 7 mitos más habituales que debes conocer tanto si vas a comprar como si quieres vender una vivienda, que debes tener en cuenta si no quieres cometer errores en la compraventa.

1. El precio de la vivienda seguirá bajando

Después de los años de la burbuja inmobiliaria, y tras superar el pinchazo iniciado en 2008, que alcanzó mínimos históricos en 2013, actualmente el mercado de la vivienda vive un nuevo tiempo sustentando en el crecimiento sostenido.

Los datos confirman el alza de los precios de la vivienda. Durante el año 2016, el crecimiento, aunque distinto según el tipo de vivienda y zona, fue de aproximadamente del 5% respecto a 2015. A pesar de ello, muchos compradores aún piensan que el precio de la vivienda bajará. Ante un anuncio de una casa, el comprador puede pensar en esperar a una bajada de precio. Aunque lógicamente esto puede suceder, la actual estabilidad económica parece indicar que tardará en hacerlo.

Al fin y al cabo, el mercado inmobiliario se rige por la oferta y la demanda. Zonas céntricas en capitales de provincia, urbanizaciones exclusivas o zonas de playa, donde la oferta es escasa y la demanda es mayor, el precio de la vivienda puede alcanzar su umbral de bajada, saliendo al mercado villas y apartamentos a un precio más que razonable, sin muchas posibilidades de bajada a corto plazo.

2. El precio de la vivienda nunca baja

De igual modo, algunos vendedores pueden pensar que, ante el actual ritmo de crecimiento de la vivienda, su precio no puede bajar. Pero hemos visto que durante los años de la crisis, en algunos casos se han producido importantes descensos del precio de la vivienda, en torno al 50% de su precio de salida al mercado.

A pesar del actual crecimiento en torno al 5% del precio de la vivienda, en un mercado enmarcado por la oferta y demanda, zonas con mucha oferta y poca demanda pueden experimentar bajadas de precio. Esto puede suceder en zonas concretas que tuvieron mucho crecimiento demográfico durante los años de la burbuja inmobiliaria (sur de Alicante, pueblos de interior, urbanizaciones alejadas de la costa, etc.)

3. Poner un precio alto de salida a la vivienda para luego bajarlo

Se trata de un mito muy extendido, especialmente durante los años de la crisis inmobiliaria. Muchos vendedores tienden a pensar que el comprador va a pedir una rebaja sobre el precio de salida de la vivienda, por lo que es mejor poner un precio alto de salida porque siempre tendremos tiempo para bajarlo.

Esto puede ser un gran error de estrategia para vender la casa. Una vivienda sobrevalorada ahuyenta a los posibles compradores interesados en la casa. Si la vivienda sale al mercado con un precio inflado, los compradores no tendrán interés en visitarla, pasando demasiado tiempo en el mercado. La vivienda se «quema», por lo que habrá que bajarla de precio después de meses sin compradores interesados.

Por tanto, la mejor idea es poner un precio justo y acorde al marcado, con una correcta valoración de la vivienda realizada por profesionales que conozcan el mercado en la zona donde está situada la casa.

4. Ahora es el mejor momento para comprar/vender la casa

Si la crisis inmobiliaria ha traído una lección, es que no hay momentos mejores o peores. Siempre habrá compradores interesados en comprar viviendas, y vendedores que desean poner su casa en venta.

La creciente movilidad laboral impulsa a que muchas familias decidan cambiar de vivienda cada cierto tiempo. Igualmente, durante la vida de una persona, las situaciones son cambiantes, necesitando en cada momento un tipo de vivienda diferente: desde un apartamento para una pareja cerca del trabajo, hasta una vivienda unifamiliar para toda la familia.

Con un mercado muy dinámico, incluso en segundas residencias, inversiones o viviendas para la jubilación, el mejor momento para comprar o vender una casa es sencillamente cuando haga falta, siempre dejándose asesorar por profesionales inmobiliarios.

5. El banco me concederá la hipoteca

Durante los años del boom inmobiliario, la gran competencia entre los bancos para captar clientes hizo que flexibilizaran al máximo los requisitos y facilitaran la concesión de hipotecas para comprar una casa.

Las cosas han cambiado y, tras el descontrol de esos años en la concesión de hipotecas, la financiación se mueve a la baja. Hoy día los bancos son más rigurosos y exigentes para su concesión. Factores como la edad, la antigüedad en la empresa, el nivel de ahorro o las cargas familiares son determinantes para que el banco preste el dinero que se necesita.

A pesar de que durante el último año la concesión de hipotecas ha crecido, es muy posible que la financiación no se acerque al precio de la venta. Por tanto, a la hora de comprar una vivienda hay que tener muy claro, incluso antes de iniciar la búsqueda, qué crédito puede darnos nuestro banco. Hoy día, es necesario que el comprador disponga de ahorro previo, al menos un 20% del precio de la vivienda.

6. Seré inflexible en el precio de venta de la vivienda

Como vendedores, siempre desearemos escuchar todas las ofertas posibles, esperando que llegue una superoferta, que en la mayoría de los casos nunca llega.

La mayoría de los compradores van a querer negociar el precio. Por tanto, ante alguna oferta, lo mejor es hablar con el comprador y ver cuáles son sus inquietudes, incluso aunque la oferta presentada no se ajuste a las expectativas.

La negociación es fundamental para alcanzar un buen acuerdo. Ante esta situación, contar con un buen profesional inmobiliario permitirá lograr un acuerdo que satisfaga a ambas partes. En muchos casos, puede ser suficiente con incluir algunos beneficios al comprador como hacerse cargo de alguna pequeña reforma, dejar la vivienda amueblada o equiparla con algún servicio (aire acondicionado, nueva cocina, etc.)

7. Invertiré en una vivienda para especular

La inversión en vivienda se ha convertido en un negocio muy rentable. Pero la situación económica actual y la crisis inmobiliaria sufrida nos ha regalado alguna lección. La rentabilidad, especialmente a corto plazo, que podemos obtener de una vivienda no tiene nada que ver con la obtenida durante los años del boom inmobiliario.

Antes se compraba para vender a corto plazo (especulación inmobiliaria). Esto es, hoy día, una utopía. Pero esto no significa que no se pueda obtener buenas rentabilidades con la compra de una vivienda. El alquiler de la vivienda (residencial o turístico) consigue un rendimiento superior al 5%, muy superior al obtenido con otros productos de inversión.