El municipio de Altea está formado por varias zonas residenciales, destacando la zona del casco urbano donde se concentra la mayor parte de la población, y una serie de urbanizaciones, partidas o barrios principalmente formadas por viviendas unifamiliares. Las próximas semanas vamos a ir recorriendo cada una de estas zonas, para que conozcas en detalle el municipio y descubras los encantos de vivir en Altea. Comenzaremos en primer lugar con el núcleo histórico de Altea la Vella, lugar donde está situada nuestra inmobiliaria Ampervillas desde hace más de 35 años.
Altea la Vella es una pedanía de Altea que cuenta con 612 habitantes en Altea según los datos publicados por el INE en 2019. Se encuentra a tan solo 3,5 km del núcleo urbano de Altea, separados por el río Algar, a los pies de la Sierra de Bernia y muy cerca de las playas de l’Olla y la Solsida. Se enmarca dentro del denominado Sector L del Plan General de Ordenación Urbana de 1982.
Historia de Altea la Vella
Altea la Vella tuvo entidad propia desde la Edad Media hasta el siglo XVI y fue origen de la actual Altea. Ya en el Neolítico se aprecian las primeras evidencias de ocupación de sus tierras. Durante el segundo milenio a.C. se van estableciendo asentamientos en la zona, aprovechando los recursos que ofrece la cercanía al río Algar y la defensa natural de la Sierra de Bernia. Estos asentamientos diseminados fueron en aumento durante la época ibérica y el Imperio Romano, concentrándose principalmente alrededor de la villa romana de la Pila. Esta zona se encuentra actualmente en la partida de La Pila, junto al río Algar a la altura del Cap Negret. También existen evidencias de otros asentamientos importantes como Benimussa, La Pileta i Sogai, subordinados al Tossal de la Pila.
Altea la Vella volvió a ser poblado en el siglo XVIII después de que sus habitantes se desplazaran a vivir al actual casco antiguo de Altea.
A partir del siglo V se produjeron desplazamientos poblacionales e incluso vacíos demográficos. Es en el período islámico, a partir del siglo VIII, caundo se revitaliza la zona, siendo la alquería de Altāya, la actual Altea la Vella, el núcleo organizador del territorio. De esta época también encontramos evidencias de otros asentamientos como Castellet de l’Ama, Tossal de la Pila, Tossal de la Pileta, Sogai y l’Olla. Con la conquista por Jaume I del Reino de Valencia culminada en 1244, los cristianos le cambiaron el nombre de «Altāya» por «Altea”, sin cambiar de lugar la actual Altea la Vella. Durante este periodo entre el siglo XIII hasta el siglo XVI, desde este asentamiento se organiza la explotación económica feudal del norte del río Algar. Pero a la vez fueron apareciendo nueva alquerías como Bellaguarda, Benimussa o Albalat (probablemente en el actual casco antiguo de Altea), al sur del río Algar. Durante estos siglos la población comienza a desplazarse principalmente al núcleo de Albalat, quedando las casas de Altea prácticamente abandonadas.
Es en el siglo XVIII cuando comienza un proceso repoblador en la parte norte del río Algar, a cuya aldea en ruinas denominaron “Altea la Vella”. Igualmente comienza a desarrollarse partidas en este territorio, como l’Olla, Benimussa, Cap Blanc, Sogai, Horta, Pila o Mosmai.
El encanto de Altea la Vella
Las calles del centro de Altea la Vella están repletas de rincones fascinantes y pasear por ellas es todo un placer. En la plaza principal encontramos la primera iglesia construida en Altea, la parroquia de Santa Ana, en cuyo honor se celebran las fiestas en febrero junto a las del Santísimo Cristo de la Salud. El edificio actual puede datar en torno a 1885, sustituyendo a una antigua capilla, y fue restaurada en 1980. En la partida del Cascall encontramos la Ermita de Santa Bárbara, y en torno a ella se celebran las fiestas en su honor, a finales de noviembre. El calvario se encuentra situado en la cara norte del cerro de Altea la Vella, junto a la Iglesia de Santa Ana, con vistas hacia la sierra de Bérnia. Está constituido por un recorrido en zig-zag recorriendo las estaciones del vía crucis.
El «Forat» en la Sierra de Bèrnia es sin duda un lugar con un encanto especial.
Saliendo del núcleo de Altea la Vella en dirección a Sierra Bernia encontramos el barranco de Altea la Vella, donde nacen dos fuentes de agua potable que facilitan el abastecimiento de agua: La Font Gran y la Font del Garroferet. Sin duda, uno de los principales encantos de Altea la Vella es su integración con la naturaleza. Rodeada de partidas rurales de huertas, destaca la Sierra de Bernia. Con sus 1.129 metros de altura, es un macizo rocoso que alberga numerosos hábitats y especies de flora y fauna. Lo recorre un sendero tipificado como de pequeño Recorrido, el PR-V7. Comienza en la Font del Garroferet y pasa por zonas espectaculares como la Font del Runar, El «Fort» ( ruinas de una fortificación mandada construir por Felipe II para controlar posibles rebeliones de los moriscos), «Casas de Bèrnia», «Font de Bèrnia» y el famoso «Forat» (una espectacular cavidad que cruza las crestas de la sierra de Bèrnia).
Con todo tipo de servicios, como restaurantes, supermercados, bares, tiendas, zonas de ocio, colegio y centro médico, pero con la tranquilidad de una zona rodeada de naturaleza, el núcleo urbano de Altea la Vella es sin duda uno de los lugares más demandados para vivir.
Casas en venta en Altea la Vella
En el centro de Altea la Vella podemos encontrar algunos apartamentos y casas en venta que pueden ser de interés si buscas una vivienda especial, con todos los servicios de una zona urbana pero rodeada de naturaleza.
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