Las escrituras de la casa son unos de los documentos más importantes que debemos guardar después de comprar una vivienda. Se trata de una escritura pública notarial firmada entre comprador y vendedor ante notario. Este documento permite acreditar que la casa es de nuestra propiedad. Esto es especialmente importante frente a posibles litigios judiciales, realizar algunos trámites como por ejemplo acceder a una hipoteca o poder vender la casa.

Como documento público que es, lo habitual es inscribir la escritura de la casa en el Registro de la Propiedad. No es obligatorio pero si muy recomendable, ya que el hecho de no hacerlo puede ocasionarnos algún quebradero de cabeza al poder aparecer como propietaria otra persona. De todos modos es muy importante tener el cuenta que es el contrato de compraventa lo que realmente te convierte en propietario de una casa, no la escritura que lo documenta. También hay que tener presente que las escrituras de una casa son generalmente dos en realidad. La primera escritura se firma ante notario cuando adquieres la vivienda, y la segunda cuando terminas de pagar la hipoteca.

Perder las escrituras de la casa es uno de los problemas más frecuentes. Sin ellas no podremos vender la casa. Afortunadamente es muy sencillo recuperarlas. Solo hay que pedir una segunda copia original de la escritura de tu vivienda en la notaría donde las inscribiste. De hecho, el notario es el responsable de custodiar la escritura original de la vivienda durante 25 años, para luego guardarse en los colegios notariales. Es más, el documento que te entregó en el momento de la firma en realidad no es más que una copia. Es importante saber que únicamente el dueño de la propiedad está autorizado a solicitar esta copia de la escritura.

Si no recuerdas la notaría en la que hiciste la escritura, también hay solución. Podemos ir al Registro de la Propiedad donde la vivienda esté inscrita y solicitar una Nota Simple. En ella, junto a otros datos del inmueble, figura la notaría en la que se firmó la escritura y la fecha en la que se hizo. De hecho, esta Nota Simple ya nos puede servir para muchos trámites que no necesiten demostrar la propiedad. Ahora ya podemos acudir a la notaría y solicitar una copia de la escritura. Y si el notario donde se firmó ya no está de servicio, en el Registro de la Propiedad nos informarán de quién custodia actualmente tus escrituras.

Pero también puede suceder que la escritura no fuera inscrita en el Registro de la Propiedad (si no hay una hipoteca no es un trámite obligatorio, aunque si aconsejable) y no nos acordemos de la notaría en la que se firmó la escritura. En estos casos sí puede ser complicado conseguir una copia de la escritura, con todos los inconvenientes que acarrea:

  • No tenemos seguridad jurídica.
  • No podemos acceder a una hipoteca.
  • Nos dificulta la venta de la casa.
  • Nos complica trámites con la Agencia Tributaria o el Catastro.

En este caso, debemos acudir al notario para iniciar un procedimiento para reconstruir los títulos de adquisición y poder demostrar la titularidad de la casa.

Ahora que ya sabes cómo conseguir una copia de la escritura de tu vivienda y las ventajas de tenerla. Si necesitas que este trámite lo realice una asesoría inmobiliaria, no dudes en ponerte en contacto con Ampervillas. Estaremos encantados de ayudarte con cualquier papeleo relacionado con tu vivienda.