La compraventa de viviendas en España poco a poco va recuperándose. Según los datos del INE, en agosto se llevaron a cabo 44.367 operaciones, un 7,4% más que en agosto del año pasado, después del franazo provocado por el coronavirus.

Este crecimiento también se ha visto en el precio de la vivienda. En agosto de este 2021 el precio medio es de 1.890 €/m2, subiendo casi un 3% respecto al año pasado. Estos movimientos de precios se ven afectados por algunos factores que influyen en la revalorización de la vivienda.

Oferta y demanda

Cuanta más necesidad haya de vivienda y menos disponibilidad haya, más aumentará su precio. Esta ley de mercado nos definirá un precio justo de mercado. La pandemia ha propiciado un creciente interés en viviendas con jardín, piscina y al aire libre, chalets con más especios, apartamentos con terrazas y vistas despejadas, casas en zonas tranquilas alejadas de los núcleos urbanos. Las nuevas necesidades favorecen la tipología de viviendas que ofrece Altea. Viviendas unifamiliares en zonas como Sierra Altea, con muy pocas disponibles y un gran interés, han visto como su precio se ha revalorizado.

Del mismo modo, el interés por la vivienda en zonas de costa por parte de compradores internacionales ha vuelto a revitalizarse, con buenas oportunidades de inversión o simplemente buscando una vivienda para retirarse después de la jubilación. La baja rentabilidad de otros productos de inversión y la inestabilidad de las bolsas ayudan a que la compra de una vivienda sea un valor refugio.

La ubicación

En el caso de la ubicación de la vivienda, no solo se ciñe a si la casa está en una ciudad u otra, sino a todos los servicios que hay alrededor y su facilidad de acceso. Entre los factores que más influyen en la compra de una casa es su cercanía a supermercados, zonas verdes y deportivas, colegios o centros sanitarios.

Cabe destacar la creciente tendencia de buscar viviendas alejadas del centro de las ciudades, buscando zonas tranquilas y mayores espacios, en gran medida por la implantación del teletrabajo. Ya no se hace tan necesario vivir en el centro de la ciudad para el día a día, y se valoran positivamente otros factores como la facilidad de aparcamiento y la tranquilidad de vivir en un barrio residencial. Muchos compradores están dispuestos a pagar un poco más por una vivienda unifamiliar.

La sostenibilidad y la eficiencia energética

Una casa sostenible y eficiente son otros de los factores que juegan un papel importante en la decisión de compra. Una buena orientación al sol, paneles solares, electrodomésticos de alta eficiencia energética, puertas y ventanas aislantes o materiales que favorezcan un mejor rendimiento energético son elementos que aumentan considerablemente el valor de una vivienda. El presupuesto para adquirir una casa suele incrementarse si la vivienda cumple con estas características.

El estado de la vivienda

El estado de la casa y su antigüedad pueden variar el precio de la vivienda hasta en un 25%. Por este motivo, una reforma adecuada revaloriza mucho una casa. Se venderá mejor y más rápido si la vivienda tiene un buen aspecto. Y en muchas ocasiones no es necesaria una reforma integral, sino una actuación económica cuyo coste es sobradamente compensado por los beneficios que obtenemos.

  • Pintar paredes y arreglar suelos.
  • Cambiar la distribución, eliminando pasillos o unificando espacios.
  • Reformar la cocina y baños, que influyen mucho en la decisión de compra de una casa.
  • Cerrar la terraza, con un buen aislamiento y buscando unas mejores vistas.
  • Cambiar las ventanas, para mejorar el aislamiento térmico y acústico.
  • Aumentar el espacio de almacenaje, donde los armarios empotrados y espacios como trasteros tienen mucha demanda.
  • Introducir sistemas de domótica, como termostatos inteligentes, persianas eléctricas o sistemas de seguridad.

Una reforma para mejorar el estado de la vivienda nos ayudará a incrementar el valor de la misma y mejorar su rentabilidad.