La crisis del coronavirus parece haber cambiado definitivamente las preferencias de los compradores a la hora de buscar casa. La tendencia mostrada en el segundo semestre del año 2020, después del confinamiento, apuntaba a un incremento en las búsquedas de villas y viviendas más grandes. Los datos confirman este interés: aquellos que compran casa, prefieren viviendas unifamiliares de mayor superficie que antes de la crisis.
Así se refleja en la estadística del Colegio de Registradores de España. Según estos datos, la compra de viviendas unifamiliares en el último trimestre del año pasado aumentó en 2,1 puntos porcentuales respecto al trimestre anterior. En concreto, durante el cuarto trimestre del 2020, de las compraventas registradas un 77,5% fueron pisos y apartamentos, y un 22,5% fueron chalets, villas, bungalows y casas unifamiliares. Esto supone un nuevo máximo para las viviendas unifamiliares desde que se recogen datos en 2005. Como dato, la superficie media de las viviendas adquiridas en el último trimestre también se incrementaron en un 0,9% en relación al tercer trimestre del año pasado, registrando su máximo con 102,1 m2 de superficie.
Esta tendencia ratifica el cambio de preferencias del sector inmobiliario en el actual contexto de crisis sanitaria. Cada vez hay mayor interés por viviendas de mayor tamaño y alejadas de los centros urbanos. Aún aquellos compradores que se decantan por apartamentos, buscan viviendas más grandes. La evaluación muestra una clara tendencia a las viviendas unifamiliares, con espacios abiertos como terrazas y jardines, estancias amplias donde pasar más tiempo en casa, e incluso zonas destinadas para el teletrabajo como despachos, trasteros o sótanos diáfanos.
Los datos también apuntan por vivienda en núcleos poblacionales con menor densidad. Factores como vivir en una zona tranquila alejada del ruido, con privacidad y rodeada de naturaleza, unido a las opciones de trabajar en remoto y la movilidad laboral que ésto permite o la búsqueda de una vivienda para una jubilación tranquila, aumentan el interés por la compra de villas y chalets en zonas residenciales como Altea la Vella o la Sierra de Altea.
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