Cuando un propietario decide qué hacer con su vivienda, surgen dos opciones principales: venderla o ponerla en alquiler. Si bien el alquiler puede parecer atractivo por los ingresos recurrentes, muchos propietarios prefieren vender por temor a evitar problemas con inquilinos, como por ejemplo impagos o el deterioro de la vivienda.
A continuación, analizamos los motivos más relevantes para optar por la venta de una propiedad.
1. Obtención inmediata de liquidez
Uno de los principales beneficios de vender una vivienda es la posibilidad de obtener una suma importante de dinero de forma inmediata. Esto puede ser especialmente útil si el propietario necesita invertir en otra vivienda, afrontar deudas o financiar nuevos proyectos personales o empresariales.
Entre estos motivos, podemos destacar propietarios que:
- Reciben una casa en herencia y prefieren venderla.
- Desean vender la casa para comprar otra mejor.
- Necesitan obtener liquidez urgente.
- Afirman no poder asumir actualmente los costes de la vivienda.
- Van a mudarse por motivos de trabajo.
- Venden la casa debido a una separación o divorcio.
- Desean vender la casa porque ha cambiado la unidad familiar.
- Prefieren invertir en otros productos financieros.
2. Evitar la gestión y los riesgos del alquiler
El alquiler implica responsabilidades continuas, como la búsqueda de inquilinos, el mantenimiento del inmueble, el cumplimiento de normativas y la posible morosidad en los pagos. Además, en algunos casos, los problemas con los inquilinos pueden derivar en procedimientos legales complejos y costosos.
Los motivos más habituales de los propietarios para rechazar el alquiler son:
- Evitar problemas con el pago del alquiler.
- Evitar problemas con inquilinos debido a malas experiencias pasadas.
- Perciben que el alquiler no es rentable.
- Perciben que es mejor vender por la subida de precios.
3. Aprovechar un mercado favorable
Si el mercado inmobiliario está en un buen momento, vender puede ser la mejor opción para obtener el máximo valor por la propiedad. En zonas con alta demanda, los precios pueden ser atractivos y facilitar una venta rápida y rentable.
El incremento de precios que apunta a un +4,7% durante este año 2025, permite pensar que es buen momento para venderla casa. Por ejemplo, en la zona de Altea el precio medio de la vivienda se situa en 2.808 €/m2, un +5,6% respecto al año anterior.
4. Evitar la depreciación y los costos de mantenimiento
Las viviendas requieren un mantenimiento constante para conservar su valor. Si el propietario no puede o no desea asumir estos costos a largo plazo, vender la propiedad puede ser una decisión acertada para evitar gastos adicionales.
Hay que tener en cuenta los gastos que asume el propietario, como son el Impuesto de Bienes Inmueble (IBI), los gastos de la comunidad o el mantenimiento de las instalaciones. Por tanto, muchos propietarios prefieren evitar gastos sorpresa.
5. Seguridad y tranquilidad
Ser propietario de un inmueble en alquiler implica una serie de riesgos, como impagos, daños en la vivienda o cambios en la legislación que puedan afectar la rentabilidad. La venta elimina estos factores de preocupación y brinda mayor estabilidad financiera.
Los problemas más comunes con inquilinos son:
- Impago de alquiler
- Daños e imperfecciones
- Obras y reformas inesperadas
- Cumplimiento del contrato
- Subarrendamiento de la vivienda
6. Liberarse de ataduras geográficas
Si el propietario ha cambiado de ciudad o país, gestionar un alquiler a distancia puede ser complicado. En estos casos, vender la vivienda permite cerrar un ciclo y evitar la necesidad de administrar la propiedad desde lejos.
No obstante, muchos agentes inmobiliarios se especializan en la gestión del alquiler a cambio de una comisión, permitiendo al propietario alquilar su casa desde incluso otro pais y evitando problemas de cabeza, trámites y papeleo.
7. Beneficios fiscales y reducción de impuestos
Dependiendo de la legislación vigente, la venta de una propiedad puede generar ventajas fiscales, especialmente si se reinvierte en otra vivienda o si existen exenciones aplicables. Por otro lado, los ingresos por alquiler pueden estar sujetos a impuestos que reduzcan su rentabilidad.
Como norma general, el IRPF es el único impuesto que se paga si se alquila una vivienda a un particular. Además se pueden restar todos los gastos derivados de poner la vivienda en alquiler. En muchas ocasiones convienen dejar en manos de un gestor la declaración de los beneficios del alquiler.
Conclusión
Si bien alquilar una vivienda puede ser una opción rentable a largo plazo, venderla ofrece beneficios inmediatos y evita preocupaciones relacionadas con la gestión de inquilinos y el mantenimiento del inmueble. La decisión dependerá de la situación personal de cada propietario y del estado del mercado inmobiliario. Si estás considerando vender tu propiedad, consultar con un agente inmobiliario experto puede ayudarte a tomar la mejor decisión.
En Ampervillas somos especialistas en el mercado inmobiliario de Altea y la Costa Blanca. Tanto si deseas vender como alquilar tu casa, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. La satisfacción de nuestros clientes nos avalan.