Con la llegada del verano, es habitual que estos días las temperaturas rocen los 40º, con noches que no bajan de los 25º. Estas temperaturas elevadas pueden hacer que nuestra vivienda se convierta en un auténtico horno si no tomamos algunas medidas preventivas.

Preparar la casa para el calor no solo mejora el confort, sino que también ayuda a reducir el consumo energético y a mantener un ambiente saludable. A continuación, te ofrecemos una guía práctica con consejos para preparar tu hogar antes de la llegada del calor más intenso.

1. Revisión del sistema de climatización

Antes de que las temperaturas suban de forma definitiva debes revisar el sistema de aire acondicionado de la casa:

  • Limpia los filtros del aire acondicionado o del sistema de climatización que utilices. Un filtro sucio reduce la eficiencia y aumenta el gasto eléctrico.
  • Comprueba que el equipo funciona correctamente. Si hace ruidos extraños o no enfría como antes, puede necesitar mantenimiento.
  • Programa un termostato inteligente para optimizar el uso del aire acondicionado, ajustándolo a las horas más calurosas del día.

2. Aísla correctamente la vivienda

El aislamiento es clave para mantener la temperatura interior estable. Revisa el estado de puertas, ventanas, persianas, cortinas y toldos por si en invierno ha habido algún desperfecto.

  • Revisa puertas y ventanas: asegúrate de que no haya filtraciones de aire. Puedes usar burletes o selladores de silicona.
  • Cortinas térmicas o estores: ayudan a bloquear el calor del sol y mantener la casa fresca.
  • Persianas o toldos exteriores: los toldos reducen la radiación directa y bajan la temperatura interior varios grados.

3. Ventilación natural y uso estratégico de ventanas

Ventilar periódicamente la casa y hacer que el aire circule, más si ha estado cerrada varios meses, es fundamental para tener la casa fresca en verano. De este modo oxigenaremos eficazmente las ha habitaciones, reduciremos la transmisión de virus, frenaremos las alergias, evitaremos humedades causadas por la condensación y eliminaremos malos olores.

Aprovecha las horas más frescas del día para ventilar, por la mañana temprano o al anochecer, cuando baja la temperatura exterior. Crea corrientes de aire cruzadas abriendo ventanas opuestas para renovar el aire más rápido.

4. Reduce las fuentes de calor internas

Pequeños hábitos pueden hacer una gran diferencia para reducir el calor dentro de la casa, por ejemplo:

  • Evita usar horno o vitrocerámica durante el día, opta por comidas frías o cocinadas por la noche.
  • Apaga los aparatos eléctricos que no uses, ya que generan calor residual.
  • Cambia las bombillas incandescentes por LEDs, que apenas generan calor.

5. Aprovecha las zonas exteriores

Si tienes terraza, balcón o jardín, estos días de verano vamos a usar más que nunca los espacios exteriores. Tendremos que limpiar, podar y regar plantas, árboles y césped para dejar un jardín espectacular. Un truco es colocar plantas en macetas o jardineras cerca de ventanas para reducir la temperatura por transpiración.

Si tienes piscina, tu gran aliado para combatir el calor del verano, revisa su instalación, filtros, bombas y calidad del agua. Revisa también el estado de barbacoas, sombrillas, tumbonas, mesas y sillas de exterior y demás utensilios para cambiarlos si están estropeados después de haber estado guardados durante meses.

Si la vivienda tiene terrazas o porches, revísalos en profundidad, en especial toldos que han podido dañarse durante el invierno. Y si no tienes, aprovecha para instalar una pérgola o zona de sombra, ideal para disfrutar del aire libre sin el sol directo.

6. Prepara textiles y ropa de cama para el verano

Con el calor del verano, es recomendable poner a punto la casa y retirar alfombras, cortinas gruesas, cojines o mantas para colocar telas más ligeras y suaves. Elige tejidos ligeros y transpirables, como sábanas de algodón o lino, que permiten una mejor circulación del aire.

7. Mantén una rutina de control de temperatura

Durante las horas más calurosas, mantén las ventanas cerradas y las persianas bajadas. Refresca la casa por la noche y mantén cerradas las habitaciones que no uses para evitar que se recalienten innecesariamente.

Conclusión

Preparar tu casa para el verano no requiere grandes inversiones, pero sí algo de planificación y atención al detalle. Con estas medidas conseguirás un ambiente más fresco, cómodo y energéticamente eficiente, disfrutando del verano sin sobresaltos por el calor. Además, tu hogar estará mejor protegido para afrontar las olas de calor que, por desgracia, cada vez son más frecuentes.

¿Estás listo para poner tu casa a punto para el verano? ¡Cuanto antes empieces, más disfrutarás de los días soleados!