Con la llegada del verano, olas de calor asfixiante, temperaturas por encima de 30 grados y noches tropicales, aumenta el uso del aire acondicionado. Y en consecuencia, un aumento de la factura de la luz, tan alta estos meses. Por ese motivo te presentamos algunas alternativas para enfriar la casa sin preocuparte por el consumo del aire acondicionado, haciendo un poco más llevaderos los calurosos días de verano.

Vestir la casa para el verano

Si tienes cortinas gruesas o alfombras, es hora de retirarlas. En verano, es conveniente que el suelo quede despejado y las ventanas cubiertas por tejidos ligeros de color blanco o tonos claros, para tener una mayor sensación de frescor. Incluso puedes rociarlas con agua cada cierto tiempo con ayuda de un vaporizador. Lograrás enfriar la estancia.

También es buena idea cambiar el edredón de la cama por una colcha o sábana ligera, o cubrir el sofá con una funda liviana de tonos claros. Utiliza sábanas de algodón o seda, que acumulan mucho menos calor, especialmente si son de colores claros.

Ventilar la casa

Entre las siete y las ocho de la mañana son las horas más frescas del día. Aprovecha estas primeras horas del día para ventilar la casa, creando una corriente de aire dejando abiertas ventanas y puertas. Y durante las horas de más calor, puedes dejar las ventanas semiabiertas con las persianas bajadas o las cortinas echadas para que no entren los fuertes rayos del sol veraniegos. Si tienes toldos en las ventanas déjalos bajados durante todo el día. Luego en la noche, una vez que el sol haya bajado, puedes abrir las persianas y cortinas.

Si aún así tienes la tentación de encender el aire acondicionado para refrescar una habitación, recuerda que tienes la posibilidad de utilizar ventiladores de bajo consumo, que hagan circular el aire, no que lo empujen. Tienen la ventaja de que puedes colocarlos a cierta distancia, fijos o móviles. Incluso puedes colocar un bol metálico lleno de hielo y sal gruesa delante del ventilador para que el aire que circula sea todavía más fresco.

Apaga los electrodomésticos

Los electrodomésticos encendidos generan calor, además de contribuir a un mayor consumo energético. Recuerda apagar televisiones, ordenadores, altavoces, luces e incluso cargadores de teléfonos móviles si no los estás usando. Algunos electrodomésticos como el lavavajillas es preferibles usarlos de noches para no aumentar la sensación de calor en la casa.

Refrescar las estancias

Los suelos cerámicos, habituales en esta zona del levante, quedan muy frescos fregándolos por la mañana con agua fría. Bajarás levemente la temperatura, pero de manera inmediata. Por ejemplo, es buena idea pasar la fregona por el dormitorio antes de irse a dormir. También puedes dejar agua repartida por la casa, en las esquinas o bajo las ventanas, para enfriar las estancias sin aire acondicionado.

Por las noches, antes de ir a dormir, puedes enfriar la cama envolviendo una botella de agua helada en una toalla o utilizando una bolsa de agua caliente llena de agua helada. Este método te ayudará a conciliar el sueño si el calor no te deja dormir.

Cocinar alimentos frescos

Al cocinar con el horno y el fuego se aumenta la temperatura de la casa. Por tanto, intenta cocinar platos fríos, y si tienes que utilizar el fuego, enciende siempre la campana extractora de aire para que no se acumule el calor en tu cocina.

Puedes preparar muchas recetas ideales para el verano, desde ensaladas, gazpacho andaluz, cremas frías o tortillas. También puedes preparar postres fríos como macedonia de frutas de temporada, helados o zumos naturales. Y por supuesto, mantente bien hidratado bebiendo al menos dos litros de agua al día.

Añade plantas

Las plantas pueden ser un gran aliado para refrescar tu casa. Una terraza o estancia con plantas, especialmente las de hojas grandes, refrescan de manera natural la casa. Recuerda regarlas, aprovechando también para refrescar la atmósfera, especialmente por las noches.