Se estima que en 6 de cada 10 operaciones de compraventa se negocia el precio para conseguir una rebaja en la compra de la vivienda. Muchos vendedores, asumiendo de entrada que habrá una posible rebaja, fijan un precio teniendo en cuenta esta situación de negociación.
Esta negociación es sin duda una de las fases más complicadas durante proceso de compra de una casa. No se trata simplemente de obtener un mejor precio, sino de argumentar los motivos de dicha rebaja para que tanto comprador como vendedor entiendan que es una buena operación para ambas partes. En un mercado inmobliario donde el precio es el principal impedimento a la hora de adquirir una casa, se hace necesario entender los argumentos para negociar el precio de compra de una vivienda.
¿Qué tener en cuenta antes de negociar el precio de una vivienda?
La situación de estos años ha propiciado que los vendedores están más dispuestos a negociar el precio de la vivienda que antes de la pandemia. Antes de comenzar con la negociación de precio, hay que tener en cuenta algunos aspectos:
- Analizar el mercado. Conocer el precio de viviendas similares en la zona, estudiando el precio por metro cuadrado en portales y agencias inmobiliarias para saber si la vivienda está o no en precio de mercado.
- Establecer un presupuesto. Hay que tener en cuenta el acceso a financiación, donde las entidades bancarias ofrecen hasta el 80% del valor de tasación del inmueble, además de impuestos y otros gastos, para saber en qué rango de precios podemos movernos como comprador. Y también, como vendedor, qué precio mínimo estamos dispuestos a aceptar por la venta de la casa.
- Comprobar la situación legal de la vivienda. Conocer si tiene cargas pendientes o está afectada por un plan urbanístico, mediante una nota simple en el Registro de la Propiedad.
- Comprobar el estado de la vivienda. Revisar, preferiblemente con un técnico especialista, el estado de las instalaciones de luz, gas y agua, o cualquier otro desperfecto como puertas, ventanas, suelos, humedades, etc., con especial atención a las calidades y estado estructural de la vivienda.
- Negociar con argumentos. El lado humano de la negociación es fundamental para llegar a un acuerdo, sabiendo tratar con las necesidades y urgencia en realizar la operación por parte del vendedor o comprador, otras posibles ofertas, plazos de entrega de la casa, solvencia económica, paciencia y agilidad en la toma de decisiones, hasta alcanzar un equilibrio lo suficientemente razonable para no perder la oportunidad de compraventa.
Argumentos para bajar el precio de la vivienda
Como hemos visto, en la negociación del precio debemos tener presentes los argumentos con los que podríamos presionar para conseguir una rebaja en el precio de venta de la vivienda.
Por un lado, tenemos argumentos relacionadas directamente con la vivienda que queremos comprar:
- El tamaño. ¿Los metros útiles son correctos? ¿Están bien distribuidos? ¿El precio por metro cuadrado está en valor de mercado? ¿Hay casas de esas características en la zona?
- La ubicación. ¿Vale lo mismo una vivienda cercana a supermercados, colegios, hospitales, zonas de ocio, playa y otros servicios esenciales, que otra vivienda donde se necesita coger el vehículo para todo? ¿Está en una zona exclusiva, con privacidad y unas vistas excepcionales?
- El estado de conservación. ¿Es una vivienda muy antígua? ¿Necesita una profunda reforma? ¿Hay que cambiar cosas como puertas, ventanas o pintura?
- El estado de las instalaciones. ¿Elementos como el aire acondicionado, calefacción, piscina, electrodomésticos o baños funcionan correctamente?
- Garaje y trastero. ¿Dispone de espacios como garaje y trastero que dan valor a la casa? ¿Es fácil aparcar y acceder a la vivienda?
- El certificado energético. ¿La vivienda dispone de una mala calificación energética?
Por otro lado, tenemos argumentos ajenos a la vivienda relacionados con el mercado inmobiliario y la situación de comprador/vendedor:
- Impuestos y normativas. ¿La normativa relacionada con el IVA o Impuesto de Transmisiones Patrimoniales afecta de algún modo concreto a la vivienda? ¿Existen desgravaciones fiscales? ¿La vivienda está en una «zona tensionada» que limita el precio del alquilar? ¿Hay acceso a ayudas y subvenciones para reformas de vivienda habitual?
- El mercado. ¿Hay mucha oferta y poca demanda? ¿O al revés, mucha demanda y poca oferta? ¿El precio de la vivienda está ya ajustado?
- Solvencia económica. ¿El comprador dispone de liquidez o tiene que solicitar una hipoteca?
- Plazos. ¿Hay urgencia por alguna de las partes en vender/comprar la casa? ¿Es necesario un tiempo para que vendedor se mude? ¿El comprador necesita un tiempo para conseguir financiación?
Como vemos, sea cual sea la estrategia que sigamos a la hora de negociar una rebaja en el precio de la vivienda, es fundamental saber negociar con cabeza. Si no te ves capacitado, siempre es preferible contar con los servicios de una inmobiliaria de confianza que te ayude en esta gestión.